Llegamos ayer. No sabría decir si pronto o tarde, la verdad, porque eran las 4 en Barajas. ¿Frio? Bienvenido sea. No hubo tiempo ni para mucho dormir ni para sentarse a escribir. Tampoco había prisas, ni miraba continuamente al reloj, o al móvil. Ahora sabes que una cosa después de la otra y que no necesitas ni buscas la aprobación de nadie. Si Dios lo mira y este es tu agujero ahora, adelante! Otra vez de vuelta al continente y a sus múltiples compromisos. ¿Son mejores o peores? ¿Son lo que Dios quiere? Eso es lo que importa.
El evangelio de hoy y la mirada de Zaqueo me hace entender que enseñar fotos ahora poco va a ayudar. Ya me imagino, te dicen, lo he visto por las fotos. Pero la verdad es que no tienen ni idea, y no se lo reprocho. ¿Puede uno enamorarse de una fotografía? Es imposible. Solo puede enamorarte de la realidad, esa que no cabe en la cámara, por muy buena que sea esta o tu mano.
No os lo puedo explicar, pero os lo puedo contar. Como ya había escuchado Africa atrapa.
Esta mañana lo comentaba con una religiosa de San José de Cluny que vino de Senegal hace dos años. Es muy difícil explicarle los colores a un ciego. Cuando alguien lo ha vivido como tú, y desde que nació es mucho mas fácil. A ella lo que le costó es el frio al llegar aquí. Por eso lo único que no extraña de aquel ardiente país con su cálida gente es el permanente ruido de las mezquitas. Ojalá nuestra oración nunca sea ruido, sabemos que Dios nos oye en el silencio de nuestro cuarto.
¿Qué estás maquinando para que esto no quede aquí y sea una experiencia mas? Me decía una de las colaboradoras. Nada, y cosas. No será algo más porque no fue idea mía, y lo cuelgo donde casi todo. En lo que Dios quiso para mí. No es algo mas porque aunque sé que hay cientos de lugares como aquel, incluso en ese mismo país, pero ahora ese es tan mío como la Estación. No es algo mas porque nos hemos traído cosas hechas allí para vender en un mercadillo solidario, porque le dije a Regina que no se preocupara por el motor de la barca de Touba, porque voy a llevarle dentistas a Sam Sam, porque volveremos a trabajar con aquellos jóvenes que vagaban por las callejas del barrio, porque al fin he entendido lo de la conversión ecológica. ¿Sigo?