A través de él, se pide al Señor, la salud del cuerpo, del alma y del espíritu del cristiano que pasa por una grave enfermedad o vejez avanzada.
Es el sacramento, que ayuda al cristiano a poder sobrellevar con fortaleza y en estado de gracia este momento delicado en la vida, y en caso de mayor gravedad, prepara su cuerpo y su alma para el tránsito a la Casa del Padre a través de la muerte.