El día 25 de julio del año 1899 se celebró una reunión de propietarios y vecinos de la Colonia de la Estación y allí se expuso la necesidad de construir una capilla.
El día 25 de julio del año 1899 se celebró una reunión de propietarios y vecinos de la Colonia de la Estación y allí se expuso la necesidad de construir una capilla para este barrio, dado el incremento de vecinos que día a día se iba dando. Esta propuesta fue Iniciada por D. Eusebio Cuesta y Santiago, D. Antonio Puebla Etringana y D. Tomás Ramos de Pablo e iba dirigida a todos los vecinos y propietarios del barrio. El 25 de septiembre de ese mismo año, hubo otra Junta y en ella se leyó una carta de D. Rafael Ulecia en la que ofrecía contribuir a la construcción de la Capilla y en la citada carta refería que sí la capilla se consagraba a la advocación de la Virgen del Carmen, él regalaría la imagen de dicha Virgen. En esa misma reunión, se Inició la suscripción para su construcción: D. Mueblo Cuesta, D. Felipe Urtueta, D. Severo Mª Agustín, D. Luis Soto, D. Tomás Ramos, D. Rafael Sánchez, D. Antonio Puebla, y D. Rafael Frutos, aportaron en total 2.550 ptas.
En el verano de 1923, Dña. Clotilde Bigorra, propuso la idea de construir una capilla bajo la advocación de Nuestra Señora de las Angustias. Por aquella época nada se meditaba largamente en la Colonia San José, el mismo día de la propuesta se reunió la Colonia en asamblea y se constituyó la junta para impulsar su construcción presidida por Dña. Visitación Bascuñana y formada por las señoras Bigorra, Pinillos, Herreras, López, Jouve, Sancho, Quesada, Casals, etc. También se nombró asesor a D. Vicente Bascuñana, y tal era el entusiasmo, que al día siguiente ya estaban redactados los estatutos legales de la sociedad. Pocos días después, se adquirió el terreno y aquel grupo de entusiastas “colonos” se puso a trabajar realizando infinitas rifas, obras de teatro, fiestas y captando donativos para financiar la obra. Al poco tiempo, y construida bajo las ideas de D. Vicente Bascuñana, abrió sus puertas el nuevo templo presidido por la Virgen de las Angustias, donada por Dña. María Pérez de Bascuñana. Durante la Guerra Civil la capilla fue destruida, pero solo destruyó el edificio; el espíritu con el que se construyó permaneció intacto, y con muchas dificultades, fue reconstruida lentamente con la misma estructura que hoy conocemos.
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