En muchas casa vemos que antes de Navidad ponen como centro de mesa una corona con velas. Además de ser un elemento decorativo, esta corona anuncia que la Navidad está cerca y debemos prepararnos.
La costumbre es de origen pagano, esta corona representaba el ruego al sol para que regresara con su luz y calor durante el invierno.
Los cristianos, para prepararnos a la venida de nuestra LUZ y VIDA, La Natividad del Señor, aprovechamos esta “Corona de adviento” como medio para esperar a Cristo y rogarle infunda en nuestras almas su luz.
El Circulo: La Corona de Adviento tiene forma de círculo para recordarnos que Dios no tiene principio ni fin, reflejando su unidad y eternidad.
El Follaje Verde Perenne: representan que Cristo está vivo entre nosotros, además su verde color nos recuerda la vida de gracia, el crecimiento espiritual y la esperanza.
Las Cuatro Velas: representan los cuatro domingos de Adviento y su luz simboliza la luz de Cristo. La primera, segunda y cuarta vela que se encienden son de color morado (representa el espíritu de vigilia, penitencia y sacrificio que debemos tener para prepararnos adecuadamente para la llegada de Cristo). El tercer domingo se enciende la vela rosada (representa el gozo ante la llegada del Señor).
El día de Navidad las velas moradas son substituidas por otras de color rojo que simboliza el espíritu festivo de la reunión familiar. En otros lugares, todas las velas se substituyen por velas rojas y en el centro se coloca una vela blanca, simbolizando a Cristo como centro de todo cuanto existe y que se enciende durante la Noche Buena.
La luz de las velas simboliza la luz de Cristo que desde pequeños buscamos y que nos permite ver, tanto el mundo como nuestro interior.